No me gustó la atención de varios de los encargados de las atracciones. Además, hay demasiadas restricciones, especialmente para personas que pesan más de 100 kg, y estas no se informan antes de comprar el pasaporte. Prácticamente perdimos el dinero, ya que éramos cuatro personas y tres pesaban entre 110 y 120 kg, por lo que solo pudimos ingresar a una atracción. Las filas son eternas y en las montañas rusas no montaban sino de a cuatro o seis personas, así que no avanzaban.